Soy Nayara Panizo, médico nefróloga, madre de 3 peques y orgullosa hija de Maricarmen y Emilio, propietarios del alojamiento con cuya gestión y visibilización les echo una mano.
Maricarmen nació en Lanzahíta en 1941. A sus 14 años, abandonó el pueblo para trabajar en Madrid, donde conoció a mi padre, Emilio.
Son una pareja de trabajadores natos. Regentaron toda su vida una pescadería en un mercado de Madrid, sacando adelante a nuestra pequeña familia y haciendo pequeñas inversiones inmobiliarias como esta vivienda, que hemos disfrutado los fines de semana y el verano desde que la compraran y reformaran íntegramente en el 1998.
En 2022, tras más de 15 años haciendo malabares con su precaria pensión de jubilación como autónomos, decidieron habilitar este querido espacio para recibir a huéspedes y así poder evitar su venta. No sabían que esta acción les reportaría mucho más que un respiro económico y la alegría de no deshacerse de una casa tan especial para nuestra familia. Disfrutan enormemente de recibir a los huéspedes y de cuidar cada detalle para que su estancia sea perfecta. Siento que cada reseña positiva les llena de tanta satisfacción que les aporta años de vida.
Raquel y Manolo. Nacidos en Madrid, decidieron instalarse en Lanzahíta hace más de 20 años, formando su familia y contribuyendo como muchos otros de su generación, a revitalizar este pequeño pueblo que en los últimos años se ha repoblado y dinamizado en todos los ámbitos, viendo su escuela volver a llenarse, y a sus jóvenes regresar a él para abrir comercios y emprender en diversos ámbitos.
Ambos polifacéticos, amables y serviciales, nos ayudan con la limpieza, mantenimiento del alojamiento, así como con la recepción de huéspedes cuando por motivos de salud y citas médicas a mis padres no les es posible.